jueves, 20 de agosto de 2015

Isaías 41:13


Dios está en control

En su omnisciencia y sabiduría, Dios permitirá que desastres y males toquen nuestra vida para que podamos aprender de la experiencia.
Leer | 1 Corintios 13.12
Si bien Es cierto que Dios es bueno, y que está en control, también es cierto que nos pasan cosas malas. Aunque está dentro del poder del Señor dar a todos una existencia perfecta, eso no sería lo mejor para nosotros. Las pruebas y sufrimientos nos conducen, a menudo, al Padre celestial. Y para aquellos que ya somos sus seguidores, Dios usa circunstancias adversas para hacer madurar nuestra fe y conformarnos a la imagen de su Hijo.
En su omnisciencia y sabiduría, Dios permitirá que desastres y males toquen nuestra vida para que podamos aprender de la experiencia. El crecimiento, ya sea de compasión, confianza o entendimiento, es bueno. Si pudiéramos dar un vistazo a cada escena de nuestra vida, veríamos al Señor actuando soberanamente para llevar a cabo su gran propósito para nosotros.
Romanos 8.28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Algunas veces, vemos resultados inmediatos de las pruebas. Pero otras, tenemos que esperar meses o años (o hasta que lleguemos al cielo) para entender plenamente lo que Dios estuvo haciendo por medio de esas circunstancias.
El sufrimiento y el mal son partes inevitables de un mundo caído. Pero tenemos la seguridad de que Dios está en control del universo, incluyendo el diminuto rincón que ocupamos. Cuando Él permite que sucedan cosas malas, podemos estar seguros de que seguirá dándonos guía y consolación, al mismo tiempo que nos moldeará para convertirnos en las personas que Él quiere que seamos.

" Pídele al Señor que respalde tus proyectos, créele y esfuérzate para verlos cumplidos."

" Si quieres construir un plan exitoso, necesitas tener sabiduría, prudencia y adquirir conocimiento."
Todo lo puedo en Cristo...

Soy consciente de mi necesidad de Dios.

"Cómo negar la necesidad que tengo de Dios, si es Él de quien dependo para salir adelante, si sólo a Él puedo acudir para alimentar la esperanza de hallar la paz que tanto necesita mi alma. Sería pretender tapar el sol con un dedo, sería ilógico pensar que no necesito a quien me ha creado.
Sin Él, el aire que respiro es pesado, sin Él nada de lo que pueda hacer tiene importancia, sin Él todo lo que me rodea se vuelve insignificante. Dios es mi todo, Él satisface mi vida, en Él encuentro lo que verdaderamente necesito, en Él todo de mi vida cobra valor. Es curioso, pero aún los momentos más difíciles pueden ser las mejores de las bendiciones cuando estamos en las manos de Dios.
¡Todo es tan distinto cuando enfocas tu mirada en el Señor! aunque no hay fuerzas, no desmayas; aunque nada bueno sucede, no pierdes la esperanza; aunque no tienes nada, te sientes pleno; aunque muchos te dan la espalda, no te sientes solo; aunque no sabes qué hacer, no te das por vencido. Todo cambia cuando Dios es el centro de nuestra vida, cuando por medio de su Hijo Jesucristo somos controlados y guiados por su Espíritu Santo de acuerdo a su perfecta voluntad.
Sé que hay situaciones adversas que nos llevan a pensar de una manera derrotista, quizá hemos llegado a creer que nada vale la pena y que todo está perdido. Sin embargo, la fe que Dios nos ha otorgado en su Hijo Jesucristo nos permite levantar la mirada y seguir confiando en que pronto empezaremos a disfrutar de un nuevo amanecer, donde la luz brille sobre nosotros, donde nada pueda opacar el resplandor que cubrirá nuestra vida.
En mi caso, Jesucristo es mi esperanza y en Él confía plenamente mi corazón, mi vida entera le pertenece y todo lo que me rodea tiene que ver con Él. Sin Él nada soy, sin Él simplemente no existo; para qué la vida sin la vida misma que Cristo me da, no tendría sentido vivir para sí o para el mundo. Así que todo lo que vivo es por Cristo y para Cristo, Él es vital para mí.
Soy consciente de mi necesidad de Dios, soy consciente de que sólo hay un camino que me puede acercar a Él, “Cristo Jesús.” Cristo es mi todo y es por Él que puedo tener la certeza de permanecer en la presencia de Dios, el Dios que creó los cielos y la tierra, el Dios que me creó. Con sus propias manos fui formada en el vientre de mi madre; soy suya, le pertenezco y conservo la seguridad de que no hay nada que pueda apartarme de su amor. Así de simple: “sin Dios nada vale, ni siquiera la misma vida” es por eso que debemos anhelar y buscar todo el tiempo su presencia y que Él por su bendita gracia en Cristo Jesús, nos permita disfrutar de su eterno amor.
“Pueblo de la costa, escúchenme.
Países lejanos, presten atención:
Antes de que yo naciera, el Señor me llamó.
Me puso mi nombre cuando yo todavía estaba en el vientre de mi madre. Él hizo mi boca como una espada afilada.
Me escondió con la sombra de su mano.
Me convirtió en una flecha pulida
y me escondió en su aljaba”.
Isaías 49:1-2(Palabra de Dios para Todos).
“Señor, te amo.
¡Tú eres mi fortaleza!
El Señor es mi roca, mi fortaleza y mi libertador.
Dios es mi refugio, Él me protege;
mi escudo, me salva con su poder.
Él es mi escondite más alto”.
Salmo 18:1-2 (PDT)."
Por: Marisela Ocampo O.

Dios esta en Control.

Nuestro Dios está en total control de nuestras situaciones y El, como nuestro Pastor Celestial, cuida de nosotros. El Salmo 23 archiva los pensamientos de David mientras el contemplaba su verdad eternal:
“Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tú vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.”

Dios te da Paz en medio de la Tormenta.

Salmos 29:11
“Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz”.
Las tormentas de la vida muchas veces son muy fuertes, en muchas ocasiones pareciera que no podremos frente a ellas, lágrimas aparecen y por periodos pareciera que son el pan diario para nuestra vida.

Y es que todos estamos propensos a ser víctimas de una tormenta recia, de esas que nos dejan derribados muchas veces, pero no destruidos, el Apóstol Pablo decía: “…derribados, pero no destruidos” (2 Corintios 4:9).

Lo lindo de todo esto es que en medio de la tormenta tenemos a un Dios que nos viene a rescatar, que no nos dejará hundir y mucho menos morir. Él está siempre atento a nosotros, su amor ENORME nos alcanzó, y por medio de ese perdón nosotros podemos estar seguros que las tormentas de la vida pueden venir, pero Dios jamás nos dejara hundir.

No sé que situación estas pasando los últimos días, seguramente estas viviendo una de esas tormentas fuertes que quieren arrasar con todo, mas déjame decirte que DIOS NO TE DEJARÁ, Él siempre estará presente en esos momentos en donde pareciera que estas solo, estará ahí cuidándote en silencio.

Puede ser que en este momento, el futuro te parece incierto, por mas que quieras ver algo bueno después de esta tormenta, no lo ves, tu mente se rehúsa a creer que luego de esto habrá algo que te sacará una sonrisa, pero en Dios puedes tener PAZ, esa que sobrepasa nuestro entendimiento humano.

Es que Dios es un Dios que deposita PAZ sobre tu vida, El envía a su Espíritu Santo para consolarte, por eso lo llamó el Consolador, no hay de qué temer, no hay porqué preocuparse, cuando estas bajo la cobertura del Señor tienes asegurado tu futuro.

Amados, Dios pone en mi corazón en este día decirte que PUEDES TENER PAZ en medio de esta tormenta.

¡Vamos! No estás solo, DIOS ESTA CONTIGO, recibe hoy su PAZ en medio de esa tormenta."

Autor: Enrique Monterroza

Isaías 41:10